Estamos en el país de los «listillos», de engañadores y estafadores. La gastronomía no esta libre de pecado y, es que en más de una ocasión nos dan gato por liebre. En este caso hablaremos de una carne muy preciada y una parte en concreto, el rabo de toro.
La gastronomía siempre ha estado unida a la fiesta del toreo y, parece ser que el origen del exquisito guiso del rabo de toro fue en el siglo XVI, en Córdoba. Las familiares de los toreros vendían las piezas tras la corrida y preparaban exquisitos guisos. Hacían incluso competiciones por ver quien preparaba el mejor para ofrecerlo en las tabernas y tascas del lugar.
Hoy en día debido a que cada vez hay menos corridas de toros, este manjar se ha convertido en un plato cotizado al alza. El consumo de carne de toro de lidia se ha quedado prácticamente para los restaurantes preferentes de las plazas. Lo común es consumir cola de vacuno o que te pongan carne de toro de Uruguay. La primera no tiene ni el mismo sabor, calidad y textura que la carne de lidia. La carne de toro de Uruguay es mucho mas viscosa.
Y para ahorrar aún más en costes nos pueden poner rabo de canguro que se asemeja algo físicamente y tampoco tiene nada que ver.
En fin que nosotros no hemos visto en ningún restaurante que anuncien rabo de canguro, de toro de Uruguay o cola de vacuno. Y curiosamente es un plato que puedes comer en casi todos sitios y casi todo el año.
¿Qué curioso verdad?
