El virus Covid-19 conocido como coronavirus está transformando nuestra sociedad y todas las normas que en ella rigen. Un virus cuya tasa de mortalidad, ha sido declarada por la OMS, como 10 veces superior a la de la gripe. Y además, como consecuencia de no utilizar los EPI’s adecuados, muchas de las personas que están contrayendo la enfermedad son personal sanitario.
Además de estas dos tragedias hay una tragedia invisible, que no vemos, o no queremos ver; la pobreza y la exclusión social, que va en aumento. Personas sin ingresos o ingresos por debajo del umbral de pobreza, personas sin hogar o viviendo en infraviviendas a veces como realquilados.
Hablamos de personas que sobreviven en una economía sumergida, que se ven afectados como el resto, pero que a vista de todos no han reducido sus ingresos. De esas personas que si no salen a la calle no obtienen ningún ingreso y que por lo tanto ya comienzan a tener grandes dificultades para subsistir.
Esas familias que llegan a fin de mes apurados, y al menos sus hijos comían en el comedor de la escuela.
El año pasado se estimó que el riesgo de pobreza en España amenazaba a más del 21% de la población. Personas con ingresos inferiores a 8.871€ anuales, y para una familia de dos adultos y dos niños inferiores a 18.629€.
También se sabe que el 36% de los hogares españoles no pueden afrontar imprevistos, cifras actuales. Hogares que son firmes candidatos a formar parte de esas personas afectadas por la pobreza y la exclusión social.
A esta pandemia le sucede una gran crisis, en la que millones de personas se quedarán sin trabajo y en consecuencia toda la cadena productiva y de servicios se verá afectada.
De este virus estamos aprendiendo a reducir la mortalidad, solventando la falta de equipos de protección individual… pero ¿Sabemos como solventar esta tragedia invisible?.
Los Gobiernos de cada país se están dando cuenta de que una economía global ya no tiene tantas ventajas, y cada vez más piensan en políticas proteccionistas para sus empresas. Esto va a suceder en cadena, a la par que los gobiernos recomienden y favorezcan el consumo interno, el consumidor frenará sus compras al mínimo. Un forma muy resumida de explicar lo que se avecina.
Posiblemente esto hará que los Gobiernos sean más sociales y se ocupen más de la sociedad, una sociedad que está aprendiendo una gran lección; los sectores menos valorados o con presupuestos más reducidos son los que están sacando a flote al país. No necesitamos enriquecer a los más ricos, si no conseguir unas políticas que nos hagan menos diferentes a todos.
Pero antes de eso, habrá que visibilizar esta gran tragedia, para concienciarnos de ello. Vivimos en una sociedad carente de los derechos básicos de cada ciudadano, y ahora más que nunca hemos de visualizar estas carencias.
¿Los medios de comunicación lo harán?