Restaurante Felix Manso

En el restaurante Felix Manso Ibarla nos podemos deleitar con una cocina de calidad, con el producto autóctono de la zona, pero sin dejar de hacer un guiño a los mejores productos, que cuidadosamente escoge el chef, para el disfrute de sus clientes. El conocido como «druida» de los fogones porque hace magia en su cocina, nos sorprende utilizando un aceite de oliva virgen extra de Jaén, Limerencia, para añadir un toque especial a algunos de sus platos.
De hecho, lo primero que nos sorprendió es poder tomar de aperitivo un falso salmorejo, un plato tan andaluz en Irún, en el norte de España, casi tocando con la frontera francesa.

Como entrante nos tomamos unas setas locales laminadas, con huevo trufado. Un plato espectacular en el que el sabor de la tierra se imponía con fuerza.
De primer plato un rodaballo salvaje al pil pil espectacular, en su justo punto de asado al horno, para disfrutar de su frescura y sabor. Con un chorrito de aceite de oliva virgen extra añadido para disfrutar aun más del aroma.
De segundo una chuleta de ternera al punto, ya fileteada lista para disfrutar en el plato, un puro espectáculo. Acompañada de unos pimientos picantitos y unas patatas. Cuando una carne es buena no hace falta hacer mucho, y es que el mayor secreto está en la calidad y saber tratar el alimento.

La calidad de los productos salta a la vista, cuando ves las vitrinas repletas de frescura y los productos de la huerta y del campo en abundancia. En el menú no faltan productos de temporada.

Como apoyo en esta gran trayectoria está Sonia García Olazabal, que es su pareja y que le apoya mucho en el proyecto, de hecho es la directora de sala. Juntos forman un tándem ideal.
Los detalles en la sala brillan por todas partes, en cada rincón del acogedor salón, de ese encantadora terraza, la cual te envuelve con su natural vida, los hongos de los árboles, el piar de los pájaros, las ramas fluyendo como queriendo envolver el establecimiento, bonsáis que con esmero son cuidadosamente guiados, farolillos que iluminan…
En este ambiente tan especial pasamos al postre, una tarta de manzana templada, en diferentes texturas. Por supuesto riquísima.

Su pasión por la cocina le vino desde pequeño, curioseando entre fogones, en la cocina de su madre. Parte de su familia trabajaba en la hostelería y su pasión siempre han sido los fogones, así que se puede decir que ha sido un apasionado cocinero autodidacta.
Si vas por Irún o pasas cerca, es una visita obligada.
En su restaurante puedes disfrutar de un gran menú variado diario, por el módico precio de 15,90€  o tomar un menú degustación por 50€.