El pasado sábado tuvimos el placer de asistir al Hotel Condestable Iranzo de Jaén, su chef ejecutivo José Luis Navas nos invitó a ser partícipes de unas experiencia gastronómica especial ‘Erase una vez … las noches del Condestable’. Son cenas especiales para grupos reducidos de 16 personas, donde a través de unos cuentos infantiles llevan al cliente a una experiencia única, sorprendente e imaginativa.
Estos cuentos representados en unas tarjetas, son presentados al inicio de cada plato, de forma que el comensal relacione luego lo leído con la experiencia gastronómica. Una manera divertida de hacer poner todos los sentidos en una cena con platos de alta cocina, sorprendente coctelería y una puesta en escena muy especial. De hecho la cena se sirve en tres escenarios distintos del hotel; el salón, la barra del bar restaurante y culmina en la terraza La Novena.
Estas cenas se pueden disfrutar ya los viernes y sábados, reservando en el teléfono 658 977 395 y su precio es de 70€ por comensal (no incluye bebidas).
Os contamos la experiencia vivida.
Comenzamos con una gaseosa de mango y tekila. La combinación era muy refrescante.
Esto es sólo el principio del cuento, que nos da pistas comenzando así ‘En esta madera de olivo…’. Y nos sirven una presentación de distintos aperitivos; Bizcocho de cebolla, guacamole con trigo, pera encurtida y té Champán, habas de soja (con wasabi pistacho y tabaco), Langostino con yogur y lima, Trampantojo de habano realizado con base de alcachofa, Chopito de aceitunas y esferas de AOVE, y unos globos de color que sorprenden al poderse comer, pues están elaborados con queso mozzarella.
El siguiente plato se compone de tres partes, una Sandía marinada que asimila atún rojo, la cual está marinada previamente. Una crema refrescante y ligeramente picante. Una Ostra sobre cama de flor de shiso verde seca, aderezada con una versión japonesa del Bloody Mary, bautizada por ellos como Japo Mary. Usan el zumo de tomate y de limón pero sustituyen el vodka por el sake, la salsa Worcestershire por la salsa de soja y el tabasco por el wasabi.
Un plato donde se preparan con coctelería en directo dos aderezos, el de la Sandía y la Ostra.
Pasamos a un comedor muy exclusivo donde se disfruta esta experiencia gastronómica, se trata de una terraza del hotel acondicionada para ello, con elegante decoración y unos chorros de vapor que salen de unas jardineras, con el fin de refrescar el ambiente.
Nos sirven entonces un plato con una salsa de romesco y una flor de calabacín. Colocan al centro de la mesa una parrilla con carbón vegetal de encina, para que doremos al gusto la flor de calabacín y acompañemos del romesco. También en la parrilla hay unas verduras variadas en tempura, las cuales son pasan al plato para acompañar también con la salsa romesco. Tanto la verdura en tempura como la flor de calabacín resultaban muy sabrosos con la salsa de romesco, muy fina y exquisita.
Este plato lo maridamos con un Toro Prima 2014 de las Bodegas San Román, el cual utilizamos también para el siguiente plato.
El siguiente es un Pan Bao relleno de Cordero y Pisto, colocado en el centro de la mesa, previamente nos presentan un plato con una mantequilla de cordero para untar en el interior del bao y una alga cicloide glacial muy refrescante para finalizar.
Pasamos a un vino Txakoli Astobiza, que marida perfectamente con el siguiente plato; Carpaccio de carabinero, pulpo y calamar. Acompañado de placton y huevas.
Continuamos con un Pez Mantequilla con escamas de atún sobre una salsa concentrada de lebístico y una fina lámina de trufa negra.
Jurel real adobado (con lima, jengibre, anís, aceite de sésamo…), acompañado de un escabeche de setas Pie de Rata, Shiitake y Enoki Golden.
Un refrescante Margarita de naranja con gel y pulverizado de naranja, flores de Sauco y Azahar.
Pasamos a un vino D.O. Ribera de Duero Vizcarra 2013. Ideal para maridar los siguientes dos platos.
Pichón cocinado a baja temperatura, napeado en su propia salsa reducida, sobre una cama de arena salada bañada en TaoLi, una piedra Mugaritz, emulsión de avellana y salsa mole.
Tataki de ternera con falsa sal, servido en un plato especial que lo separa del fondo, donde hay un caldo Ramen, para tomar mezclado o por separado.
Nos traen un vino D.O. Ribera de Duero Conde de San Cristóbal, para que se vaya abriendo y lo disfrutemos tras este plato; Cus cus de frutas variadas sobre emulsión de Tamarindo y tres diferentes helados.
Un plato muy refrescante que como bien indica la tarjeta ‘Donde lo amargo y oscuro es transformado en un sinfonía de colores fresca y llena de vida, donde cucharada a cucharada no se quiere tener fin’.
Ahora si, acompañamos un Bitel de fresas, higos y limón, relleno de queso, con ese gran vino.
Un postre exquisito y muy bien presentado.
Pasamos a la terraza superior del Hotel Condestable Iranzo, La Novena. Y en un lugar donde podemos disfrutar de un ambiente especial y buenas vistas, disfrutamos del siguiente plato: Merengue de manzana y frutas con peta zetas.
Un plato que se termina de elaborar ante el cliente, un postre sobre un lienzo de pequeños bocados con sabor intenso, contrastado con las chispeantes peta zetas.
Brindamos con una copa de Vendimia Tardía de Bodegas Astobiza. Y finalizamos con un Expreso Martini Descafeinado con crema.
Una velada apasionante llena de misterio en cada tarjeta y que cada comensal tenía que ir descubriendo.
Una jornada gastronómica innovadora que nos despertó los cinco sentidos. Enhorabuena!!!